Test de Roscharch Financiero
¿Nos mira desde arriba? ¿Y quién es?
¿El Estado mirando a los directivos y accionistas bancarios?
¿O éstos mirando a los contribuyentes?
¿Nos mira desde arriba? ¿Y quién es?
¿El Estado mirando a los directivos y accionistas bancarios?
¿O éstos mirando a los contribuyentes?
Vamos directamente a la conclusión, luego presentamos los indicios y argumentos:
aunque podría tenerse la impresión de que todo está a punto, mejor no apostar excesivamente por una nacionalización-receivership inmediata de los grandes bancos USA. Más bien al contrario.
Lo cierto es que, como sugirió Krugman, la conferencia de Geithner sobre sus planes bancarios fue un "mensaje Roscharch": cada cual podía proyectar en él lo que deseaba ver. Hartos de la impresión de estar haciendo vudú inútil con bancos zombis usando el dinero del contribuyente, parece que lo que muchos han proyectado en ese Roscharch es "nacionalización inminente".
Y es cierto que en sentido estricto Geithner no cerró la puerta a una nacionalización. Pero consideremos algunos indicios y argumentos que apuntan a que su inmediatez y transparencia no está nada claras:
1. Declaraciones y filtraciones a la prensa
De la CNBC, citando un funcionario anónimo de alto nivel (vía Calculated Risk):
“Creo que el mercado no se está dando cuenta de que el objeto final de este proceso es mostrar que los bancos tienen suficiente capital incluso para escenarios peores de los que estamos imaginando ahora y mostrar que hay un programa en marcha para dar acceso a capital a los bancos, si lo necesitan".Con razón o sin ella, la CNBC ha cobrado fama de ser un canal preferente para filtrar noticias. El viernes ya tuvimos las declaraciones del Secretario de Prensa de la Casa Blanca favoreciendo la propiedad privada de los bancos.
Permítanme asegurarles lo mejor que pueda ... esta administración sigue creyendo firmemente que un sistema bancario de propiedad privada es la manera correcta de hacer las cosas, asegurándose de que están suficientemente regulados por este gobierno. Esa ha sido nuestra convicción durante bastante tiempo y seguimos manteniéndola.La cual fue también un elegante ejemplo de declaración política "Roscharch", ya que los bancos serán privados eventualmente, con nacionalización-receivership o sin ella. De modo que el secretario nos asegura que OK, en la administración Obama no son unos colectivistas. Celebramos saberlo. Pero en el fondo el portavoz ni confirma ni descarta nada sobre una nacionalización y posterior reprivatización.
Por consiguiente, la filtración a la CNBC tiene todo el aspecto de complementar informalmente al portavoz oficial. Obviamente, sería peliagudo decir abiertamente que las decisiones ya están tomadas antes incluso de realizar las pruebas de resistencia ["stress test"]. Pero es la típica información complementaria que sí que se puede filtrar extraoficialmente.
2. Los stress tests bancarios podrían ser muy limitados
Otra línea de argumentación es que los stress tests -simulaciones por ordenador de qué les sucede a los balances en escenarios económicos extremos como aumento del paro aún mayor de lo esperado etc- son muy sospechosos de insuficiencia.
- Yves Smith, la gestora de la bitácora Naked Capitalism, ha hecho trabajos de consultoría para grandes clientes, incluyendo grandes bancos, incluyendo Citi, y le pareció que estaban usando muy poco personal: "A primeros de los 90, cuando Citi casi quebró, hubo 160 inspectores trabajando SOLAMENTE en su cartera de hipotecas comerciales". [... y la prensa informa ahora de cifras similares para todos los activos en todos los bancos examinados]
- Yves consultó con el casi legendario inspector bancario y supervisor de inspectores Mr.William Black (Durante la crisis financiera de los 90 estuvo envuelto en guerras casi propias de Dashiell Hammett, enfrentado a la mafia de cuello blanco de Lincoln S&L). Ambos saben, pues, de lo que hablan, y coinciden 110%: el centenar largo de inspectores de los que se viene hablando es una fuerza laboral tremendamente insuficiente y con casi total seguridad poco cualificada para evaluar concienzudamente la situación de un complejo gigante como Citi y otros. De modo que los stress test, en el mejor de los casos, podrían ser análisis relativamente superficiales.
3. Mejor todo en un solo golpe
En entrevista al WSJ (via RGE Monitor) Roubini apuntaba algo relevante para esta cuestión:
No deberíamos dar demasiado por descontado que habrá nacionalización inminente de los grandes bancos USA. Hay muchas bazas de que no va a ser así, o al menos no todavía. Esta conclusión no entra a valorar si tal demora sería acertada o equivocada, e independiente de si estamos de acuerdo o en desacuerdo con ella. De hecho, si los stress tests salen favorables, ello a su vez puede suponer una "prueba de resistencia" para la administración Obama. Por lo que puede leerse por ahí, los ciudadanos norteamericanos están al límite de su paciencia con respecto a seguir haciendo vudú con bancos zombis y directivos que ya caen mal, usando además el dinero de sus impuestos.
El primer análisis que adelantamos sobre los planes bancarios de Geithner esencialmente sigue vigente: no se cierra en ningún momento la puerta a dar ese paso. Pero para mejor o para peor, eso no significa ni mucho menos que sea inmediato.
Postdata terminológica
El debate norteamericano sobre el término "nacionalización" en un primer momento puede despertar alguna sonrisa divertida fuera de USA, y en cierto modo con razón. Pero también hay una dimensión seria: no es lo mismo una nacionalización en se que expropia una empresa con carácter indefinido -muy indefinido más bien- que una nacionalización en la que hay intención de limpiar balance y reprivatizar lo antes posible. No son el mismo fenómeno económico, pero se les llama igual, y los americanos tienen un punto de razón en debatir -también con cierta dosis de guasa, desde luego- si deberíamos llamarlos igual.
Entrada anterior: Deconstruyendo a Geithner
En entrevista al WSJ (via RGE Monitor) Roubini apuntaba algo relevante para esta cuestión:
"Pienso que vamos a ver adoptar esa política [de nacionalizar y reprivatizar] en los próximos meses... en seis meses o así". "¿Tanto? le pregunto" "De aquí a seis meses", contesta, "incluso los bancos que hoy parecen solventes van a parecer insolventes. La mayor parte de los grandes bancos -casi todos ellos- van a parecer insolventes. En cuyo caso, si los nacionalizas todos a la vez, haces menos daño que si hubieras nacionalizado un par de ellos ahora, creando mucha confusión, pánico y nervios".Conclusión
No deberíamos dar demasiado por descontado que habrá nacionalización inminente de los grandes bancos USA. Hay muchas bazas de que no va a ser así, o al menos no todavía. Esta conclusión no entra a valorar si tal demora sería acertada o equivocada, e independiente de si estamos de acuerdo o en desacuerdo con ella. De hecho, si los stress tests salen favorables, ello a su vez puede suponer una "prueba de resistencia" para la administración Obama. Por lo que puede leerse por ahí, los ciudadanos norteamericanos están al límite de su paciencia con respecto a seguir haciendo vudú con bancos zombis y directivos que ya caen mal, usando además el dinero de sus impuestos.
El primer análisis que adelantamos sobre los planes bancarios de Geithner esencialmente sigue vigente: no se cierra en ningún momento la puerta a dar ese paso. Pero para mejor o para peor, eso no significa ni mucho menos que sea inmediato.
Postdata terminológica
El debate norteamericano sobre el término "nacionalización" en un primer momento puede despertar alguna sonrisa divertida fuera de USA, y en cierto modo con razón. Pero también hay una dimensión seria: no es lo mismo una nacionalización en se que expropia una empresa con carácter indefinido -muy indefinido más bien- que una nacionalización en la que hay intención de limpiar balance y reprivatizar lo antes posible. No son el mismo fenómeno económico, pero se les llama igual, y los americanos tienen un punto de razón en debatir -también con cierta dosis de guasa, desde luego- si deberíamos llamarlos igual.
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4 comentarios:
Pero hay o no nacionalización... creo que poco importa ya, la caída no la para nadie y hasta que no oigamos el golpe final no podremos sentarnos para mirar las instrucciones de montaje
Parece casi ineludible que nacionalizen. Pero si hacemos caso a Roubini aún podría demorarse seis meses. Es decir: que seguiríamos igual que hasta ahora con los bancos hasta julio-agosto.
Es tremendo, ahora nos dicen que ni siquiera se puede cortar por lo sano enseguida. Que es mejor un "todo-o-nada", esperar a que falle todo el sistema. Sin embargo, en Suecia no fue así. ¿?
De todos modos, las instrucciones de montaje las tienen que ir mirando ya mismo, aunque eso no vaya a evitar nuevas caídas.
Esta debacle viene a ser el primer sarampión fuerte de la globalización. Una moraleja es que no se puede consentir que existan bancos tan grandes y complejos, que representen un peligro literalmente para todo el mundo, y con tan pocos sistemas de seguridad.
Pienso que la via regia para prevenir esto serán las provisiones. Las anticíclicas tipo Banco de España parece que ya las acordaron en el G-20-Europeo. También deberían introducir provisiones sistémicas (para los megabancos internacionales como Citi), tal y como sugería Roubini hace poco.
Lo bueno de las provisiones es que son muy flexibles: en un futuro ciclo expansivo podrían inventarse algún otro derivado exótico. Pero si el tinglado se rompe con un buen aprovisionamiento, el golpe siempre estará mucho más mullido que así a palo seco.
Eso el futuro lo verá, pero hay que ir decidiéndolo ya mismo. Aunque, como dices, no nos ahorre la penitencia.
El interés que rodea a la nacionalización es que, si hacían la poda ahora, aunque las bolsas se caerían desmayadas al menos ya tendríamos el principio del fin. Pero si demoran las nacionalizaciones, ni eso.
En la ruta hasta el verano tenemos ola de quiebras corporativas (no financieras) a la vista. Hay que consumar el calvario financiero hasta el final. Y mientras tanto a ver qué pasa con Europa Oriental.
Saludos.
La verdad es que es importante el debate sobre los términos, porque nacionalización significa cosas distintas para distinta gente.
Yo creo que básicamente se puede distinguir entre "nacionalización buena", que es la que se hace para evitar el colapso de un banco, sanear su balance y venderlo a continuación. Supongo que a esto es a lo que se refieren con pre-privatization. Lo que no tengo claro es cual es la diferencia con una intervención normal, de esas que la FDIC viene haciendo prácticamente cada viernes desde que comenzó esta crisis.
Y "nacionalización mala" en la que el Estado se queda con el banco, sin intención de venderlo, sino como un instrumento más. En España, está asomando la patita (todavía sin respaldo serio de nadie,por fortuna) la idea de que ya que el Estado ayuda a los bancos, debería nacionalizarlos y así podría utilizarlos para reanimar los créditos. En mi opinión este sería el camino más corto para la bancarrota del país.
Saludos
Quizás sea algo tan sencillo como distinguir entre "nacionalización temporal" y "nacionalización sine die" o algo así, y hablar de 'preprivatización' como sugería Mankiw podría ser excesivo. Por otro lado, si prefieren seguir llamándolo 'receivership', pues al igual que el que usen millas y galones, tampoco habría mayor inconveniente. El caso es que la mayoría sabemos de lo que hablamos.
Y en USA lo saben, ya digo que últimamente se ríen sanamente de sus propios reparos. La diferencia entre 'nacionalización temporal' con lo que ya viene haciendo la FDIC parece ser completamente nula.
Esto es lo que dice sobre la FDIC un norteamericano que ha trabajado en la FDIC, en Naked Capitalism: "Más sobre esa palabrota que empieza por N y maneras de abordarlo":
Los americanos son graciosos. 'Nacionalización' inmediatamente evoca comisarios soviéticos y tipos con barba chillando en español: la injusta expropiación de negocios boyantes por brutos y macarras. [...] si dices que cuando cayó Dopey Bank & Trust, sus activos fueron nacionalizados, la respuesta es, oh, por favor, eso no sucede en América. Todo el mundo sabe que las garantías de depósitos vienen del Ratoncito Pérez.
En última instancia, el contribuyente está en la picota por las garantías de depósitos, de modo que aunque la FDIC técnicamente es una empresa gubernamental más que una agencia gubernamental, sigue siendo nacionalización. Los activos del banco quebrado salen del sector privado y con el tiempo retornan al mismo. [...] Bajo la FDICIA, la cualidad de nacionalización es incluso más pronunciada que en el pasado: FDIC solía compartir pari passu con todos los acreedores generales del banco quebrado, ahora tiene la prioridad absoluta como acreedor hasta que ha hecho buenas las garantías de depósitos y los costes de pagarlas. Bair ha forzado esta prioridad bastante, pagando dividendos avanzados a depositarios con excedentes incluso cuando era claro que la FDIC incurriría en una pérdida sustancial [...].
No parece pues que los reparos ideológicos sean un obstáculo serio para la vía nacionalizadora, que además ya ha recibido bendición y bula de varios republicanos y de Greenspan. Si no se acomete inmediatamente, la explicación habrá que encontrarla en otros factores más pragmáticos.
O de otro tipo (obviamente, con razón o sin razón, hay quien sospecha motivos menos nobles).
Hay que intentar no perder de vista el objetivo último, que no es nacionalizar, sino en última instancia restaurar la confianza interbancaria, el mercado interbancario, y en definitiva los créditos a empresas y particulares solventes, que aún los hay.
Lo que es sangrante es que siga habiendo en la economía en general situaciones similares a las que describíamos sobre las cartas de crédito de embarque: a pesar de la recesión hay personas/empresas que aún son solventes, que necesitan créditos, y que no pueden obtenerlos.
En el fondo, el motivo de fondo por el que tanto se debate sobre nacionalizar es -debiera ser- por la esperanza de que esa medida acabara con la incertidumbre y la desconfianza. Pero ni siquiera esa conexión nacionalizar->confianza está totalmente clara. Ver p.ej.FT Alphaville. Aunque es un análisis de técnicos de Citi sobre el caso sueco -por tanto hay motivos sobrados para sospechar parcialidad- es un recordatorio de que nacionalizar tampoco es una panacea milagrosa. Pero dar garantías estatales -con el dinero de todos- sin hacer lo que haría cualquier inversor privado -tomar propiedad- tampoco parece que sea ninguna maravilla.
Por subrayar lo obvio una vez más: resolver todo esto es francamente complicado.
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